Por Alberto Percal.
Los
primeros reyes de Aragón no se coronaron con una ceremonia específica. Lo
podemos afirmar, ya que no ha llegado hasta nosotros ninguna documentación que
lo pruebe. Ni Ramiro I Sánchez, que fue proclamado rey en octubre de
1035 en Huesca, ni Sancho I Ramírez lo hicieron. Este último llegó a
hacerse vasallo del Papa (miles Sancti Petri).
Tampoco lo hicieron Pedro I
Sánchez, ni sus hermanos Alfonso I
Sánchez (el Batallador) y Ramiro II Sánchez (el Monje) ni la hija de
Ramiro II, la reina Petronila I Sánchez. Su marido, el conde Ramón Berenguer (IV), príncipe de
Aragón, lo mismo que el rey Sancho Ramírez, se hizo vasallo del Papa, relación
que también habían iniciado otros condes de Barcelona anteriormente.
Por
lo que podemos deducir que ningún componente de la casa Sánchez o Ramírez fue
coronado bajo una estricta ceremonia, ya fuera ésta memoria de la tradición
visigoda, normanda o imitación de la astur-leonesa que, desde el siglo XI,
practicaba una ceremonia de unción y coronación.
El
descendiente de la relación matrimonial de Petronila y Ramón, Alfonso II Aragón, tampoco se
coronó. Fue proclamado en Cortes de Zaragoza en 1164 y ya será su hijo Pedro II Aragón quien sí inicie el periplo de coronaciones de los
reyes de Aragón, yendo a Roma en 1204 a ser ungido y coronado por el Papa
Inocencio III. Previamente, en 1196 en las Cortes de Daroca tomó el título y
posesión del Reino.
Veamos
ahora la relación cronológica de las diversas ceremonias, si las hubo o no, del
rey que ocupó la Corona de Aragón de las dinastías Aragón, Trastámara, Habsburgo
y Borbón.
ALFONSO II ARAGÓN
Fue
su madre, la reina Petronila, la que en 1164 hizo concesión del reino a su hijo
Alfonso. El acto se realizó en Barcelona,
delante de los obispos de Tarragona, Zaragoza y Barcelona y del consejo de
ricos hombres. Doce años tenía Alfonso, y paso después a Zaragoza “…donde mandó
convocar a Cortes…”.
Allí también le juraron fidelidad.
PEDRO II ARAGÓN
Una
vez muerto Alfonso II, en abril de 1196 en Perpiñán, el “…16 de mayo… se celebraron en Zaragoza
las honras y exequias del rey Alfonso”,
y serán ese mismo día “…confirmados los
fueros, usos y costumbres y privilegios del reino de Aragón…” Pedro convoca
Cortes en Daroca en el mes de
septiembre de 1196. Será allí que “Tomó
entonces a su mano todos los hombres y feudos de las ciudades y villas de la
Corona real…” Toma el
título y posesión del reino. Será en 1204
cuando Pedro II decida ir a coronarse
y hacerse censatario de Roma, “…convenía para la dignidad de su estado
coronarse con la solemnidad y fiesta que se requiere…”
Y concederá el Papa Inocencio III para que las sucesivas coronaciones se
realicen dentro del reino de Aragón, “…mandamiento
especial fuesen coronados en la ciudad de Zaragoza
por manos del obispo de Tarragona…”
Y a su vez también la coronación de las reinas.
JAIME I ARAGÓN
Sucedió
a su padre, muerto en Muret en 1213, siendo aún muy niño y, tras volver de
Francia, se convocaron Cortes en Lérida
en 1214, donde se mandó reunir a catalanes y aragoneses, y que allí se le
prestase homenaje y juramento de fidelidad al infante y entonces se introdujo
la costumbre, “…confirmando primero y
jurando ellos [los reyes] de guardar los fueros, usos y costumbre…”
Se encomendó la custodia al Temple y lo llevaron a Monzón.
PEDRO III ARAGÓN
Tras
la muerte de Jaime I, el infante D. Pedro “…no
quiere…usar el título de rey antes de coronarse… e intitulábase tan solamente
infante primogénito… según lo usaron sus antecesores… ”
La coronación y la de su esposa
(doña Constanza) se celebró el 16 de noviembre de 1276 en Zaragoza, fue
coronado y ungido “…en la iglesia de Sant
Salvador [la Seo] de Zaragoza…”
Y la ceremonia fue oficiada “…por el
Obispo de Zaragoza…”
Se empleó en su coronación el pontifical “…de benedictione regum… de
benedictione reginae…”
ALFONSO III ARAGÓN
Tras
las exequias que “…se celebraron con
grande aparato y ceremonia como se requería…”
en el monasterio de Santes Creus, se
vino Alfonso a Zaragoza el 12 de
abril de 1286 y, una semana más tarde “…recibió en la iglesia de san
Salvador la corona…”
de manos del Obispo de Huesca. Será
el mismo ritual que empleó su antecesor Pedro III, el pontifical mencionado.
JAIME II ARAGÓN
Hermano
de Alfonso III que, tras venir de Sicilia (había sido ya ungido y coronado en
Italia) a Barcelona el 16 de agosto
de 1291, partió para Zaragoza y
llegó un 17 de septiembre a la ciudad para coronarse,
y “…todo el tiempo que pasó antes de su coronación del título de rey de Sicilia tan solamente”.
Se celebraron no obstante las ceremonias de coronación solemne y la de celebrar Cortes en Zaragoza a la vez de su coronación. Elevó en 1318 a la categoría de
metropolitana a la sede Zaragozana, dotando así “…al brazo eclesiástico de un Jefe… resolvió el problema que para la
celebración de la coronación planteaba la condición episcopal del prelado
cesaraugustano”.
ALFONSO IV ARAGÓN
Estando
en Zaragoza, recibió la noticia de
la muerte de su padre Jaime II. Marchó hacia Barcelona donde su padre había fallecido y, el 23 de noviembre de
1327, se “…celebraron las exequias…en Santas Creus…”
Allí, en Barcelona una vez terminados los homenajes póstumos a su padre, en la
fiesta de Navidad de 1328, “…juró los
usajes y constituciones de Cataluña…y
los catalanes le juraron a él por su rey y señor…” A
pesar de esta actitud, que recibió las explicaciones del rey, como recoge “Montaner”, ante la duda de ir primero a
Zaragoza a ser coronado o ir a Valencia;
estando en Barcelona, y a todos debía de jurar, cambió de parecer y primero,
como hemos citado, juró en Barcelona,
para después marchar a Zaragoza, y
así lo dejó explicado respecto a su coronación
en Zaragoza, “…porque en ella quería recibir las Insignias de su coronación y
caballería, y como quiera que el reino de Aragón era lo principal de su estado
y cabeza de sus reinos”. En
la fiesta de coronación de Alfonso
IV, cita Montaner, “…se hallaron más de
treinta mil de a caballo”
Montaner era síndico de la ciudad de Valencia.
La ceremonia de coronación tuvo lugar, como era la costumbre, en la Seo
zaragozana a manos del arzobispo de Zaragoza,
D. Pedro de Luna. Acabadas las fiestas, se celebraron Cortes aragonesas en
Zaragoza.
PEDRO IV ARAGÓN
Se
hallaba Pedro en Zaragoza al anuncio
de la muerte de su padre en Barcelona
en enero de 1336. Allí en Zaragoza, “…mandó
juntar el infante todos los de su consejo…tomó luego el título real…”
Se celebraron las exequias a su padre en San Salvador [la Seo] de Zaragoza. Pasó después el rey a la Aljafería y allí le pidieron síndicos y
procuradores de Cataluña “…que antes de su coronación fuese
personalmente a la ciudad de Barcelona…”.
Sabido esto por los de Aragón,
requirieron al rey “…que por ser esto
costumbre antigua desde reino le requerían que ante todas las cosas jurase en Cortes…del
reino de Aragón…y a los de reino de Valencia
que quisiesen estar debajo del fuero de Aragón.” El
rey primero se coronó en la Seo
zaragozana. En cambio “…jurase los fueros
de Aragón sin esperar a tener Cortes,
y que los Usatges los acatará en Lérida,
sin acudir a Barcelona.”
En la celebración posterior a la coronación, hubo en la Aljafería mesas
preparadas para diez mil comensales. Será este rey el que proporcionó un nuevo
ritual para la celebración de unción y coronación, con “…texto escrito en aragonés…”
y que “…con toda probabilidad se usó en
su propia coronación…”
en 1336 en Zaragoza.
JUAN I ARAGÓN
El 5
de enero de 1387 moría en Barcelona
Pedro IV. Hacia allí partió el infante D. Juan, que se encontraba muy enfermo.
El 8 de marzo de 1387, “…juró a los
catalanes sus constituciones y costumbres…”
Y fue jurado por conde de Barcelona y le hicieron el juramento de fidelidad el
18 de marzo. Como el rey, estuvo todo el año de 1387 en Barcelona curándose de
sus dolencias y buena parte del año de 1388. Ya partió el rey para Zaragoza y se coronó como de costumbre lo habían hecho sus antecesores, en una
ceremonia “…sino muy sencilla” y
mandó “…convocar Cortes Generales de todos
sus reinos…para la villa de Monzón…”
MARTÍN I ARAGÓN
Su
llegada al trono no fue nada común, al tener que enfrentarse a la muerte de su
hermano (1395) sin descendiente varón vivo y con un pretendiente (conde de
Foix) a cuya esposa se debía otorgar la sucesión según su parecer, ya que era
la hija mayor del rey Juan I, Llegó el conde con tropas a ocupar el puesto. Al
morir el rey Juan I cerca de Barcelona
y estando allí la esposa del rey de Sicilia Martín I, fue nombrado rey de Aragón por los representantes de “…los tres estados del General de Cataluña”
El rey Martín I no pudo acudir a las fiestas que se celebraron en su honor, ya
que estaba ocupado en los asuntos de Sicilia.
Mientras las tropas del conde de Foix se preparaban, hubieron de reunirse los
cuatro brazos del reino de Aragón
con el rey ausente y el conde envió una audiencia y en ello se deliberó,
sentenciando “…que ellos tenían por su
rey y señor al rey don Martín…”
Lo mismo les contestaron desde Barcelona a la embajada del conde, “…en el último testamento [Pedro IV]…había puesto vínculo expresamente en los reinos de Aragón y Valencia y
en el condado de Barcelona… [a el infante don Martín]…” Todavía
en 1397, el rey no había venido a Zaragoza
a coronarse y jurar, y será en la visita que hizo a Barcelona donde se le hizo
gran fiesta y alegría, y ante los mensajeros, el rey iría a Zaragoza “…a celebrar su coronación y
cumplir todo aquello que era obligado”
En fecha de siete de octubre de 1397 entró
en Zaragoza, y con gran fiesta “…y triunfo…recibir a los que nuevamente
tomaban la posesión del reino…”
Y fue jurado en la Seo zaragozana, pero retrasó la coronación una vez que“…compuso
algunas cosas…que eran menester para su coronación, que quiso celebrarla.. con
la mayor fiesta…”
y la propuso para el Domingo de Resurrección de 1398. No se pudo celebrar en
esa fecha y de nuevo se propuso para el 13 de abril “…que otros escriben que fue mayo…”
de 1399, celebraciones que duraron hasta el 27 de mayo en Zaragoza con la jura al Rey por parte de los brazos del reino.
Zurita,
Libro I, pág. 247.
Zurita, Libro I, pág. 301.
Zurita,
Libro I, pág. 301-302.
Zurita,
Libro II, pág.273.
Ceremonial
de consagración y coronación, pág. 98.
Ceremonial
de consagración y coronación, pág. 124.
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