ENTENDER EL ALZAMIENTO CIVIL DE 1591 (IV): LOS PERSONAJES ÁULICOS Y SUS TRAMAS EN EL SIGLO XVI

Por Alberto Percal


La política de los Reyes venía fomentando “…los matrimonios de la nobleza aragonesa en Castilla”. Esto, aun siendo cierto y con el objetivo de estrechar la unión, no fue del todo efectivo.

Había en la Corte dos corrientes, por así llamarlas, la del Príncipe de Éboli (Ebolistas) y la del Duque de Alba (Albistas), dos bandos que se disputaban el poder en los Consejos. En ellas estaban posicionadas tanto la familia de los Villahermosa como la de los de Chinchón. En el periodo de la historia que abarcamos cambió su denominación de Ebolistas a papistas o romanistas, y los Albistas a denominarse hispanistas o castellanistas. En esta segunda estaba encuadrado el Conde de Chinchón, ocupando un lugar preeminente del partido castellanista.

  Armas del Ducado de Villahermosa

Uno de los consejeros del Rey a partir de 1593 lo fue D. Diego Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón, será este personaje del que trataremos, ya que se halla en su figura la mayor premeditación en los hechos que sufrió el Reino de Aragón aquellos años. El de Chinchón era Tesorero General de la Corona de Aragón en los años que trataremos y su premio ante tales maquinaciones fue el ir ascendiendo a diversos cargos áulicos.

Armas del Condado de Chinchón

Con ocasión de los pleitos de Ariza, de Monclus, de Ayerbe, de Teruel, de Albarracín, de Ribagorza, y el del Virrey Extranjero, se interponía en ellos la visión áulica que iría menoscabando el poder propio de Aragón en buscar solución a sus propios problemas.

Será cuando aparezca en escena la “…violenta muerte de Doña Luisa Pacheco, condesa de Ribagorza, atribuida a su marido, primogénito del Duque de Villahermosa

En la política de casamientos que hemos citado, hubo la de D. Juan de Aragón, Conde de Ribagorza (Hijo primogénito del Duque de Villahermosa, una de las ocho principales casas de nobles de Aragón) “Casó D. Juan, por los años de 1564, con la mencionada Dª Luisa Pacheco, y se fueron a residir a Toledo”. Parece ser que la señora tenía afición por un anterior amante antes de su matrimonio, D. Pedro de Silva, caballero principal de Toledo. Los rumores crecían y el malestar del Conde también. Intervinieron parientes como el Marqués de Villena, “…aconsejando á su cuñado que se fuese a vivir á Aragón y se llevase a su mujer” En el viaje a Aragón de la Condesa, se enteraron los criados de sus pasiones y, llegando a oídos del Conde, “…este se hubo de enterar cuanto pasaba con la amargura y la indignación que es de suponer

Llegando a Los Fayos, ya dentro de Aragón, donde el Conde tenía un palacio, murió ella sin saberse que ocurrió y, sin más detalles, ciertos que los comentarios supuestos del relator Marqués de Pidal, “…cesó de existir suponiéndose generalmente que á manos del mismo Conde y de sus criados

Ocurrido este hecho, los parientes de la condesa pensaron en la venganza de aquel agravio, y de ellos sería “…el Conde de Chinchón que hizo suya la ofensa y el cuidado de vengarla…”

El Conde huyó temiéndose lo peor, y pasó a Italia queriendo llegar a Ferrara cerca de Bolonia, pero en su huida atravesó Milán, y allí fue hecho prisionero y lo llevaron a Castilla.

El Conde, obligado a defenderse, pintó a la Condesa “…su liviandad y abandono con colores vivísimos”. Esto irritó más a sus hermanos, los Condes de Chinchón, y “…los llevó á promover contra él nuevas é infamantes acusaciones”. Influenciado el proceso por sus enemigos, el Conde fue sentenciado a muerte, “…le dieron públicamente garrote en la plaza de Torrejón de Velasco…”, sus criados fueron llevados a Madrid y allí “…fueron quemados

Los odios de las dos familias se enconaron, y en eso iremos desgranando cómo el de Chinchón manipuló, tergiversó y provocó los acontecimientos trágicos de 1591. Y en ello, no solo hicieron mención los historiadores de la época y posteriores, sino que el mismo Marqués de Pidal piensa “…que no parece carecer de fundamento” y añade “…ó fuese que Felipe II se dejase llevar, sin advertirlo, de las sugestiones del de Chinchon, ó que se valiese de ese mismo odio como de instrumento seguro de los fines que se proponía

A colación de lo relatado creemos de mucha importancia recordar lo ya mencionado en otro Episodio (La ocupación de Aragón en 1591 y sus consecuencias), y es la carta de D. Francisco de Bobadilla al Conde de Chinchón un 5 de noviembre de 1591, que cita textualmente: “…parte de la población que es el Varrio de los labradores mas culpados,… y pasar luego con este Exercito a ocupar las montañas y fortificarlas, y echo esto, bolver a Zaragoza, y asentar este Reino al de leyes de Castilla…” (1)

Son más que evidentes las intenciones de la familia y partido de los Chinchón-Bobadilla y los planes premeditados que iremos relatando.

 

                   (1)   La Aljafería Filipina. Los años del hierro. Pedro I. Sobradiel.

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