EL COMPROMISO DE CASPE. LA GUERRA

Por Alberto Percal


 


En otros Episodios sobre el Compromiso ya se ha relatado que hubo guerra antes del compromiso, sobre todo en Valencia y Aragón, pero también en Catalunya. Los valencianos incluso no pudieron llevar   representación hasta casi terminar el parlamento de Alcañiz y los que fueron eran los partidarios del conde de Urgel del parlamento de Vinaròs. Los de Triguera, al final no presentaron a nadie. No obstante, al llegar tarde, nada cambió las decisiones que tuvieron que tomar entre aragoneses y catalanes. Aunque los valencianos votasen, no estuvieron presentes en las reuniones y discusiones previas para la elección de los nueve electores de Caspe.

Una vez salió elegido Fernando de Trastámara, que reinaría como Fernando I de Aragón, lo primero que hizo es incumplir el protocolo que marcó el rey Jaime II de prelación entre Aragón y Catalunya (Iconografía monetaria en la destruccion de un Estado (1516-1720), debido, como veremos al inicio de una guerra, a que llevó los pasos a seguir de forma desordenada.

El 5 de agosto de 1412 “...mando convocar Cortes Generales deste reino (Aragón)…” El juramento de rey lo hizo en la Seo de Zaragoza el 7 de septiembre y ese mismo día se juró fidelidad por los cuatro brazos del reino.

Esperaba el rey que el conde de Urgel le diera obediencia. Este se había excusado, “...diciendo que estaba enfermo;” y siendo conminado por el parlamento aún no disuelto de Tortosa. El conde insistía en no entender la decisión tomada en Caspe, “...que bien sabían que en vida del rey...era opinión de los más del reino que muriendo el rey sin hijos la sucesión de estos reinos recaía y pertenecía a la casa de Urgel…

Sospechó el rey que las excusas de D. Jaime de Aragón no eran creíbles y que podía, más bien, estar “...previniendo…” y el rey decidió ir a Lleida “...para hacer la guerra al conde…”. Salió de Aragón el rey con 2.000 hombres de armas de Castilla para “...hacer la guerra al conde de Urgel hasta rendille o reducille a su obediencia…

D. Antonio de Luna comenzó a dotarse de gascones para hacer la guerra en favor del conde, “...y comenzarla por la montaña de sus castillos, señaladamente de Bolea y Loarre…

Mientras se iniciaban las hostilidades y las tropas avanzaban por poblaciones de Catalunya, el rey entró en Lleida y “...juró a todo el principado sus constituciones y libertades y costumbres…”. Lo que no se entendía por los catalanes era la forma de actuar, ya que para doblegar al conde “...bastaban sus leyes y fuerzas y poder del principado de Catalunya…” y no como lo venía haciendo Fernando I que, sirviéndose “...el rey de compañías de gente de armas de Castilla…” forzase con una guerra la obediencia del conde.

Procuró el conde el deber de obediencia enviando a sus representantes, para terminar lo iniciado (en Alcañiz) de las demandas que él pedía “...al rey don Hernando.” Los procuradores hicieron el juramento de fidelidad y, para comprobar que era cierto, envió el rey al conde sus embajadores a Sort y “...le requirieron que confirmase el auto… y de nuevo lo aprobase, no lo quiso hacer y les dijo que no le hablasen de ello.” De lo que hablaron con el rey los representantes del conde, ofreciendo “...casase el rey alguno de los infantes sus hijos con la hija mayor del conde…”. Los representantes y consejeros del rey aprobaron tal casamiento y aconsejaron hacerlo, con ello el rey mandó retirar las compañías de armas que partieron a Castilla.

El rey viajo a Tortosa y “...mandó… convocar Cortes de aquel principado para la ciudad de Barcelona… para el 15 de diciembre.” El rey fue jurado conde de Barcelona. Los embajadores del conde de Urgel le hicieron la siguiente demanda al rey “Señor, parece que el conde está en gran recelo de vos; e si vuestra alteza… bien visto fuese de le dar al infante don Enrique vuestro fijo… para que casase con la hija heredera del condado… sabedes cómo el conde e su mujer son de la casa real de Aragón y su casa es la mayor que hay en el reino…” El rey no aceptó las demandas, las tenía por fingidas.

Llegaban nuevas noticias de juntamiento de tropas en Gascuña, y del intento de un capitán de tomar el castillo de Erla. Con todo, el rey mandaba su ofrecimiento al conde a través de sus embajadores “… y de mi place del casamiento del maestre mi fijo(1) para casar con su fija y de se lo dar para que haya por padre. Y por enmienda de algunos gastos le quiero dar cincuenta mil florines de oro…

Don Antonio de Luna tenía decidida la guerra, con el castillo de Loarre bien guarnecido, pasó a Gascuña “...para volver con muchas compañias de gente de armas y hacer la guerra dentro del reino de Aragón.” Y fue el detonante para dejarse llevar definitivamente el conde por las armas.

Se tomaron por parte del conde de Urgel el castillo de Trasmoz, y por don Antonio de Luna el de Montearagón, se pactaba con ingleses y gascones para que aportaran gentes de armas. Entonces el conde ya presto a continuar por ese camino “...comenzó a mover la guerra por el principado de Cataluña.”

Por Ansó y Echo entró don Antonio de Luna. Combatieron con los lugares de Larrés y Embún, con    trescientos cincuenta hombres de armas y cuatrocientos flecheros de a pie. Fueron entrando y tomando castillos en la canal “...que llamaban de Jaca.” Esto ocurría el 22 de junio de 1413.

Se movieron tropas desde Zaragoza, y mandó el rey traer gentes de Castilla. Intentó el conde tomar Lleida, pero fracasó. La guerra corrió por varias comarcas prepirenaicas. Y al final el conde optó por refugiarse en Balaguer, y don Antonio en Loarre, lugar inexpugnable. Allí aguantó hasta después de la rendición del conde, que estuvo sitiado durante varios meses hasta el 5 de noviembre de 1413, cuando entró el rey triunfante en la ciudad.

 

(1) Su hijo Enrique maestre de la orden de Santiago, tercero en prelación.

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