EL COMPROMISO DE CASPE: LOS PRETENDIENTES

Por Alberto Percal


Si bien el conocimiento que se puede tener sobre este hecho histórico se puede resumir en pocas palabras: pacto para evitar una guerra, esto "...fue en parte así, aunque no del todo ni tan ejemplarmente como se ha descrito." (1)

Vamos a utilizar como fuente principal al cronista del Reino Jerónimo Zurita, que en sus crónicas recoge ampliamente lo acontecido. Este “...utilizó documentación original que en algunos casos se ha perdido hasta la fecha.

Las razones de llegar a un acuerdo vienen por la necesidad de tener un rey. Muerto Martín I el Humano sin descendencia (su hijo había fallecido), se inició un proceso de interregno, donde salieron a la palestra hasta seis candidatos, pero dos de ellos destacarían por encima de los demás. Uno sería Jaime de Aragón, conde de Urgell y el otro, Fernando de Trastámara, regente en el trono de Castilla.

El 30 de mayo de 1410 se celebraron Cortes del Principado en Barcelona, y el Rey todavía no había indicado a quién dejaba como sucesor en su testamento. Poco tiempo le quedaba para morir. Allí “...deliberaron que de cada estado se nombrasen personas para que supiesen del rey si era de su voluntad que el sucesor de la corona real de Aragón se declarase por justicia…” Y así lo afirmó el rey en dos ocasiones preguntado. Moriría al día siguiente, el 31 de mayo de 1410.

Por aquel entonces Jaime de Aragón, conde de Urgell, ostentaba el cargo de gobernador general desde agosto de 1409, pero el rey Martín I se lo revocó antes de morir. Este cargo no fue aceptado en Aragón al no ser hijo del rey, pues este cargo se destinaba para el primogénito. El conde estaba casado con la infanta Isabel de Aragón (hija de Pedro IV).

 

Jaime de Aragón, conde de Urgell

Otra figura fue el nieto de Martín I, Fadrique de Aragón, conde de Luna (hijo ilegítimo) que, aunque llegó a ser legitimado, no terminaría como rey de Sicilia, que era la intención del Rey Martín.

Se postuló también para la sucesión Alonso, duque de Gandía, hijo de Pedro de Aragón y Anjou, descendiente del rey Jaime II y hermano del rey Alfonso IV de Aragón. Vaya lío. Lo explico mejor: el rey Jaime II de Aragón tuvo dos hijos. Uno fue rey de Aragón como Alfonso IV y el otro no. Este es Pedro de Aragón y Anjou. Ahora sí. Alfonso, duque de Gandía, moriría en marzo de 1412. Su hijo, también llamado Alfonso, pasaría a ser pretendiente entonces.

Sigamos, que acabamos pronto. Don Juan, conde de Prades, era otro hijo de Pedro de Aragón y Anjou, lo mismo que el de Gandía, y con similares derechos.

Catalunya nombró a doce personas para que “...ellos proveyesen en todo lo que convenía para el buen regimiento dél.” Y se deliberó entre los grandes barones el cómo hacer con la intervención del gobernador de Catalunya, que se cumpliese la voluntad del rey de forma que “...el gran renombre de la nación catalana -que tan preciado y ensalzado era generalmente por todo el mundo- no se amancillase ni pereciese”.

Los mismos conminaron a Jaime de Aragón, conde de Urgell, que no hiciese cargo de gobernador general como fue voluntad del rey Martín. En Aragón tampoco se quería que tomase ese “...oficio de gobernador general, aunque le había dado sus provisiones en la misma forma y tenor que solían darse al primogénito de la casa real.

El conde hizo caso omiso y marchó a Aragón en busca de los suyos, los que le apoyaban. Allí llegó un emisario enviado por los doce que fueron nombrados en Catalunya, para convidarle a dejar el cargo de gobernador general y atenerse a la voluntad real y que disolviese a la gente de guerra que ya preparaba en Aragón, porque si entrase gente extranjera a estos reinos, ya se proveería por los mismos para la defensa.

Entones se comunicó al infante D. Hernando (Fernando) de Castilla, como pretendiente a la sucesión y aceptó “...como si no estuviera en más que aquello adquirir el señorío de tierras y provincias que tanto costaron conquistar.” y así lo dejo por escrito el 30 de saeptiembre de 1410: “Por cuanto su herencia e todo lo susodicho pertenece a mí, así como a pariente suyo más propinco de la dicha corona e casa real e su heredero universal en todo lo sobre dicho.”

Fernando de Castilla era nieto de una hija de Pedro IV el Ceremonioso, Leonor de Aragón. Era sobrino del conde de Urgell. Con la diferencia que el de Urgell venía de antepasados de la Corona de Aragón, entre ellos del rey Alfonso IV de Aragón, Jaime II de Aragón… hasta Alfonso II de Aragón y la dinastía de los condes de Barcelona, y el castellano no, ya que los suyos eran castellanos de la dinastía Trastámara y de Borgoña, con la salvedad de que su padre, antes de ser rey de Castilla, por circunstancias de una guerra civil castellana, nació en Aragón.

Y aparece el último pretendiente, el infante Luis, hijo del rey Luis II de Nápoles  y su madre Violante de Nápoles. Violante era hija del rey Juan I de Aragón, a su vez hermano del rey Martín I el Humano.

La carta que envió el rey de Francia sobre los derechos sucesorios de su hijo Luis, tenía un tono más conciliador que la del castellano que pretendía tomar la sucesión por sentirse el supremo heredero. Y para ello, en audiencia de los embajadores de D. Fernando de Castilla, uno preguntó “...si el parlamento deliberara proceder a la declaración de la justicia, estaban aparejados para informarles que el derecho de la sucesión pertenecía al infante de Castilla y no a otro alguno, y si no habían de tratar del negocio principal les pedían que acelerasen la determinación de aquel negocio, porque cualquier tardanza era muy dañosa.”

 

Fernando I de Trastámara, regente de Castilla.

 (1) SARASA SÁNCHEZ, Esteban. El Compromiso de Caspe en su sexto centenario. Una revisión bibliográfica. (2012)

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