¿UN GRAN NÚMERO DE PRESIDENTES ESTABILIZA UN ESTADO NACIENTE?

Por Alberto Percal

Si el número de Presidentes de un país en un periodo es muy alto, ¿estabiliza la formación de un Estado?

La creación de un Estado necesita, sin lugar a dudas, de una estabilidad política. Pero, si lo que buscamos es su definitivo asentamiento político, podríamos concluir que esto jamás existe en muchos territorios donde las naciones históricas inmersas a la fuerza en esos Estados siguen su lucha por volver a su situación de origen. Hay claros ejemplos hoy en día que no voy a citar de todos conocidos.

La estabilidad temporal marcaría un signo de fortaleza, pero el cambio continuo, debido a los problemas que pueden surgir en un país, es evidente y formula formas de gobierno inestables. Esto puede deberse ya a pugnas por el poder, donde los contrincantes tienen ideas muy dispares en la formación de dicho Estado, o simplemente a ejercer un poder absoluto que pone y quita a su antojo según recibe noticias áulicas en sentido interesado. Después, estarían las desestabilizaciones externas, que buscan, en la mayoría de los casos, una reafirmación de la unión, cuando hay un enemigo exterior, e incluso los crean para, en determinados momentos, activar el sentimiento patriótico al Estado.

Así se hizo en la guerra de África desde el Gobierno de Isabel II, con los jóvenes embarcados en una empresa que les alejaba de la pugna de poder entre isabelinos y carlistas.

Vamos a ver, en algunos territorios europeos, que la historia ha marcado como pujantes, cómo se estabiliza o no la conformación del Estado, por ejemplo en el Reino Unido. Haciendo el contaje de Presidentes de Gobierno que han ocupado temporalmente el cargo, vemos que ha habido, desde su creación con la Carta de la Unión en 1721, nada más que 77 presidentes. Pueden parecer muchos, pero comparados con otros Estados, no lo son tanto, e incluidos ahí los que repiten en su cargo. Si lo hacemos con la Francia post revolución y desde 1848, hay un total de 26 presidentes. Si lo contabilizamos desde 1792 hay un total de 33 presidentes.

Para España esta cifra es absolutamente incontestable cuando sumamos, desde 1823, a nada más y nada menos que 163 presidentes. Ya hemos citado que algunos repitieron en su cargo y son esos periodos los que suman 163. Es importante indicar que, entre los integrantes de esa cifra, no ha habido ningún presidente aragonés. 

Esto denota un alto grado de inestabilidad en la formación del Estado, de su asentamiento e incluso de su duración, amenazada constantemente por territorios nación que buscan romper y tener su propio estatus político o al menos no compartir tanta soberanía. Todos los territorios de América se independizaron en el siglo XIX. Los africanos dejaron de ser españoles en el XX.

Como vemos, estas cifras no son del todo comparativas, ya que con Reino Unido comenzamos a contar en 1721, con Francia en 1792 y con España en 1823, un siglo más tarde que en el Reino Unido. La más cercana en el tiempo y la que más presidentes ha tenido, sobre todo a lo largo del siglo XIX con 98. Es más que evidente que la formación del Estado español no fue fácil e incluso podríamos deducir que fue muy débil. Los números, las formas habidas y el hartazgo social con tanta guerra impidieron que la sociedad sintiera como suyos los anhelos de los Borbones y de la corte madrileña.