CUANDO EL DIOS EGIPCIO HORUS SE CONVIRTIÓ EN SAN JORGE

Por Víctor Longares Abaiz 


En 1969, el Papa Pablo VI sacó a San Jorge del santoral, pero mantuvo su culto como opcional, por estar muy arraigado en todo el mundo. La Iglesia rechazaba la historicidad de un santo que era patrón de Inglaterra, Georgia, Etiopía, Bulgaria, Rusia, Portugal, Aragón, Catalunya... además de muchas ciudades como Cáceres o Alcoy y de instituciones muy vinculadas al cristianismo, como los scouts. ¿Quién era ese San Jorge, que ya no se consideraba mártir, a pesar de la enorme devoción que se le tiene en toda la Iglesia?

                                 

LEYENDA

Según la Leyenda Dorada, de Jacobo de la Vorágine (1230-1298), Jorge era hijo de un militar romano de Capadocia (actual Turquía), casado con una palestina, ambos cristianos, religión en la que educaron a su hijo. Cuando muere su padre, Jorge y su madre se trasladan a la ciudad materna Lydda (actual Lod, en Israel). Allí, hace carrera en el ejército, ascendiendo rápidamente, hasta ser elegido guardia personal del emperador Diocleciano.

El emperador, en el año 303, decreta la persecución de los cristianos, ordenando a Jorge organizar esa persecución. No solo se niega, sino que se mantiene firme en su fe, por lo que es torturado y decapitado, el 23 de abril de ese mismo año.

Podría parecer una leyenda más, similar a las de multitud de mártires que murieron defendiendo la fe cristiana. El modelo de vida cristiana propuesto por la Iglesia en estos primeros siglos era el del mártir. Por eso, las historias de las persecuciones se multiplicaban por todo el Imperio.

Respecto a Jorge, el éxito de su leyenda superó a las de todos los demás mártires. Muchos cristianos de todo el Mediterráneo Oriental peregrinaban a Lydda, a la supuesta tumba de Jorge. La devoción acabó extendiéndose a la parte occidental del Imperio y más allá, tal como lo atestigua el testimonio de un peregrino escocés del año 680. El Papa Gelasio I había canonizado a San Jorge en el año 494 y era venerado en muchas partes del Imperio.

El culto a San Jorge acarreaba una mitología sorprendente, inédita en cualquier otro santo. Si bien es cierto que encontramos santos realizando milagros que desafían toda lógica, San Jorge es el único mártir que aparece matando a un dragón, al que un sufrido reino entregaba cada cierto tiempo una doncella para que los respetase. San Jorge mató a este dragón, liberando a la dama y al reino.

¿De dónde surgió esta historia?


LA LUCHA DE HORUS CONTRA SETH

Hay que remontarse al antiguo Egipto, para encontrar el origen de la leyenda de San Jorge. Veamos brevemente el mito original.

Seth era un dios al que los egipcios relacionaban con todo lo malo (como el desierto o las tempestades) y se le representaba con la forma de muchos animales (chacal, serpiente, cocodrilo, hipopótamo…). Envidioso de su hermano Osiris, lo habría asesinado y descuartizado. Isis, hermana de ambos y esposa de Osiris, recuperó los fragmentos de su cuerpo excepto su pene. Reconstruyó el cuerpo de Osiris, le colocó un pene de madera y copuló con él. Así, engendró un hijo, al que llamó Horus, que vengaría a su padre.

Horus era representado con cabeza de halcón y simbolizaba el Sol, la justicia, el buen gobierno… a la definitiva, el Bien. El dios Horus, para vengar a su padre, lucha contra Seth, a quien vence. Este combate simbolizaba la victoria del Bien sobre el Mal y fue difundido con gran éxito por todos los territorios bajo dominio egipcio, llegando este, en su mejor momento, desde el actual Sudán, hasta Siria y Turquía.

La pelea de Horus y Seth fue representada por todo Egipto: Horus, con cabeza de halcón, situado sobre una barca a veces, acompañado de la diosa Isis, clava una lanza a Seth, representado con forma de cocodrilo o de hipopótamo. 


EL MITO EN EL IMPERIO ROMANO

El mito de Osiris, Seth, Isis y Horus tuvo gran éxito en todo el Imperio, llegando a ser adorada Isis por los romanos y asimilando a Horus con el dios Apolo. En el Egipto dominado por los romanos, la iconografía de Horus cambia. Como podemos ver en la siguiente imagen, se mantiene el cocodrilo como representación de Seth, pero Horus ya no está en una barca, sino sobre un caballo y va vestido como un legionario romano. Sigue manteniendo su cabeza de halcón, pero el nuevo poder político y cultural romano quiere verse representado en el mito más popular del país del Nilo.


Uno de los lugares donde se extiende el cristianismo más temprano fue en Egipto. Allí, los primeros cristianos egipcios recurren a las imágenes que conocen para representar sus creencias.
Osiris (dios que muere y resucita) es una figura muy sugerente para ellos, como también las múltiples representaciones de Isis amamantando a Horus, muy similares a las representaciones posteriores de la Virgen María. También Seth, encarnación del Mal, encuentra un paralelo en el cristianismo, ya que muchos defienden que la palabra hebrea Satán deriva de ese nombre.


Venciendo al Mal, se mantiene ese soldado romano que atravesaba a un cocodrilo con su lanza, aunque ahora ya no tiene cabeza de halcón. Este legionario se convirtió en un mártir, puesto que los mártires eran el modelo de fe para los primeros cristianos. La devoción por Horus encuentra acomodo en los diferentes lugares del Imperio, dando lugar con el paso de los siglos a los numerosos nombres, todos ellos derivados de Hor. Así, acaban surgiendo
Jorge, Chorche, Jorg, Gyorgi, George, Giorgio, Jordi… y todas las variantes que conocemos hoy en día. 

Solo faltaba darle a San Jorge una vida más acorde con la fe cristiana. Adiós a las venganzas, las relaciones incestuosas, el sexto con momias y todo aquello que, a ojos de los cristianos, suponía una aberración y no podía caracterizar en modo alguno a un santo. A lo largo del siglo V se va configurando la leyenda del buen soldado que acaba martirizado por no querer renegar de la fe cristiana. Seth pasa a ser un dragón, que sigue representando el Mal y la dama que acompañaba a Horus en la iconografía (Isis), ahora es una doncella a la que Jorge tiene que liberar.

El combate entre Horus y Seth, que tanto triunfó en el Antiguo Egipto, se ha adaptado y sigue manteniendo admiradores en muchas partes del mundo, entre otras partes, en nuestro querido Aragón.  

¿De qué manera llegó este San Jorge a Aragón? Lo dejamos para el episodio de mañana.





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