Por Víctor Longares Abaiz
LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA
El 1
de mayo de 1886, los obreros de Estados Unidos consiguieron cerrar miles de
fábricas en todo el país, gracias a una huelga general para reclamar la jornada
de 8 horas semanales, entre otras reivindicaciones. En la ciudad de Chicago, en
la plaza Haymarket, la policía atacó violentamente a los manifestantes,
provocando decenas de muertos y muchos más heridos. Se detuvo a 8 obreros, se
les juzgó y se les ejecutó en la horca al año siguiente.
Estos hechos indignaron al mundo entero. Por edo, en 1889, el Congreso Internacional Socialista, reunido en París, decidió que el 1 de mayo se dedicaría, en todo el mundo, a la reivindicación de los derechos laborales, en homenaje a los 8 de Chicago. En 1890, tiene lugar, por primera vez, esta reivindicación internacional.
En el estado español, la huelga y la asociación obrera eran ilegales. A pesar de eso, la huelga del 1 de mayo de 1890 fue un éxito en todas las grandes ciudades, movilizándose en Madrid 40.000 trabajadores.
Sin embargo, fueron Barcelona y Zaragoza donde las movilizaciones obreras alcanzaron el mayor éxito. En las dos ciudades, los obreros decidieron mantenerse en huelga hasta conquistar la jornada de 8 horas. La respuesta del gobierno de Cánovas del Castillo fue declarar el Estado de Guerra, reprimiendo duramente las protestas. A pesar de ello, la huelga se mantuvo hasta el 12 de mayo. Aunque no se logró la jornada de 8 horas, sí se consiguieron importantes reformas para la clase obrera.
LA ZARAGOZA REVOLUCIONARIA
Zaragoza
y Barcelona eran las ciudades con mayor compromiso político por parte de los
obreros y con una gran militancia anarquista, que aglutinó la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT), fundada en 1910.
Por eso, conforme se iba estableciendo el 1 de mayo como fecha señalada para las reivindicaciones obreras, Zaragoza mantenía el pulso revolucionario en esa jornada, con huelgas exitosas y multitudinarias, que se imitaban cada vez más en el resto de Aragón, del mismo modo que sucedía con Barcelona y Catalunya.
El año 1920 fue para Zaragoza el año con las mayores movilizaciones obreras de la historia de la ciudad. En una de las huelgas de ese año, el 23 de agosto de 1920, fueron alcanzados por siete disparos tres funcionarios municipales que no quisieron seguir la huelga. Este hecho provocó un aumento desproporcionado de la represión hacia el movimiento obrero.
Cada vez más organizados, los anarquistas zaragozanos crecían más que los socialistas y los comunistas, siendo Zaragoza la ciudad con mayor presencia anarquista del estado español, después de Barcelona. Por eso, el 1 de mayo de 1936 fue elegido por la CNT para celebrar su XI Congreso Nacional. Como ya sonaban tambores de guerra, en ese congreso se quiso organizar una alianza obrera contra un inminente golpe de estado reaccionario. De esta manera, decidieron lo siguiente:
“Considerando que la UGT y la CNT aglutinan y controlan en su seno a la totalidad de los trabajadores en España, esta Confederación del Trabajo de España debe dirigirse oficial y públicamente a la UGT, emplazándola para la aceptación de un pacto revolucionario.”
Las reivindicaciones obreras no pararon en Zaragoza (como tampoco en muchas otras ciudades) ni siquiera durante la dictadura franquista, jugándose la vida por ello.
CONSAGRACIÓN DEL 1 DE MAYO COMO DÍA DE LA LUCHA OBRERA
Los
reaccionarios recurrieron entonces al papa Pío XII, que legitimaba el régimen franquista
y cuya actitud frente a Hitler y Mussolini había sido muy controvertida. El
papa decidió, en 1955, que el 1 de mayo se convertiría en el día de San José Obrero,
intentando con ello quitarle el sentido político y reivindicativo a este día.
Sin embargo, el 1 de mayo acabó afianzándose en todo el mundo como el día internacional en el que la clase obrera mundial reivindica mejoras y derechos. Por eso, no debemos olvidar las vidas que este día ha costado y los logros que se han conseguido gracias a esta lucha obrera, durante más de un siglo.
MUY BUENOS ARTÍCULOS
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