EL LAMENTABLE RASTRO DE MACANAZ EN ARAGÓN

Por Alberto Percal


La historia de este personaje comienza en Hellín (Murcia). Melchor Rafael de Macanaz nació un 31 de enero de 1670. Estudió Derecho en Salamanca y las prácticas las hizo en Madrid. En 1704, siguió al rey Felipe a la campaña de Portugal. A la vuelta le nombró su Secretario, y le envió con el Conde de San Esteban de Gormaz para que le asistiera en su cargo de Virrey de Aragón.



Según nos relata Joaquín Maldonado(1), será Macanaz quien salve de la muerte en 1705, a varios mandos del ejército, el mariscal de Tessé y los generales D´ Asfeld y Legal, entre otros (2). En 1706, el rey se lleva a Macanaz a los sitios de Montjuic  y Barcelona, volviendo después a Madrid. En 1707, lo envía a Valencia para que aplicara allí el gobierno de Castilla y le hizo también Consejero del Consejo de Hacienda.

Será en 1710, cuando el rey Felipe nombre a Macanaz con la Intendencia del Reino de Aragón, sin dejar ninguno de los cargos que ostentaba. De esta estancia en Aragón, dejará para el recuerdo muchas calamidades, pero una de ellas, por rara que pueda parecer, continua hoy día, incluso llevando su nombre, es la Alameda de Macanaz, conocía hoy por Arboleda, tal obra se la mandó construir la reina, con oposición del clero, pueblo y de los miqueletes (3),  “… una ciudad tan hermosa y grande no tenía el menor paseo.”

Imagen actual de la Alameda de Macanaz

De sus escritos extraemos para este Episodio unas contundentes demostraciones de sinceridad, y bien sabía tal como le ordenó en varias ocasiones el rey Felipe, “conservara cuidadosamente sus escritos, a fin de hacerlos imprimir cuando conviniese.”  (París, 1739)

La publicación de las Regalías de los señores reyes de Aragón serán en 1879, obra que su pariente Maldonado nos recuerda, puede ser ya editada, porque “…no ofrece, por lo tanto, peligro alguno, a nuestro entender, la publicación, al cabo de muchos años, de los escritos de Macanaz sobre las Regalías…”(4)

Los eruditos del siglo XIX conocían la historia, ellos solos. Otra cosa era contarla así o no hacerlo, pero en su sinceridad, ya que está obra es desconocida por la inmensa mayoría, relata de forma fiel lo que hoy todos deberíamos saber:

“…Felipe II no se satisfizo con hacer cortar la cabeza del Justicia de Aragón, sino que al propio tiempo mutiló sus fueros, hasta dejarlos reducidos a una sombra de lo que eran en la Edad Media. El libro de Macanaz, que hoy damos a la estampa, puede servir para desvanecer este error, haciendo ver que la unidad política de España no fue propia de la casa de Austria,… pero no cabe atribuir a aquel Monarca calculado esfuerzo para consolidar la unión, meramente personal, que se verificó en tiempos de los Reyes Católicos, entre los dos grandes Estados de la península Ibérica”.

Recordando los sucesos de 1640, con la separación de Portugal y a punto de darse la del Principado, termina reconociendo a “… la dinastía de Borbón” como las auténticas esposas de esta unión, a la vez que recuerda que el “provincialismo, tan arraigado en España, que aún en el día no lo podemos considerarlo extinguido, alentaba vigoroso…”  

Justifica, siendo de la estirpe y de la doctrina adquirida por unos pocos, que la guerra, “…no podía mantenerse por más tiempo, y de que la especie de autonomía a que en el último tercio del siglo anterior habían llegado los aragoneses…”. Y si nos parecen suficientes estos argumentos tenían más:“…el principal argumento que había que alegar en 1711, respecto de Aragón y Valencia era el de la victoria: la cuestión lo era de fuerza desde 1705, por la ceguedad de los aragoneses y catalanes en impedir el ejercicio de la autoridad Real reconocida por las provincias de la Corona de Castilla…” (5)

Para concluir con el relato histórico, resume en pocas palabras las graves consecuencias, añadiendo a su figura la contribución poderosa para “…la unidad política, adquirida a costa de tantos peligros y de mucha sangre derramada …”  

Nos sorprende su análisis, pues ya han pasado 140 años y confía en que “…se ha mantenido en Aragón y Cataluña, y bien podemos darla por definitivamente adquirida y consumada” (4)

En el capítulo jurídico del volumen, destaca por su contumacia respecto a los derechos e intereses que se arrogan aplicando los diversos decretos, pragmáticas y reales cédulas. El título del mismo es muy elocuente “Regalías, intereses y derechos que por la rebelión de los tres reinos han recaído en la Corona de Castilla” E inicia así:





Mariana dice: “que si todas cosas se cautelaran, no se escribiría la historia”.

Macanaz terminó sus días exiliado (demasiadas cosas conocía de la Corte), encarcelado (fue engañado para que volviera a España) y pobre (arruinado). Así le agradeció su lealtad el primer Borbón.


        (1)   Joaquín Maldonado Macanaz, periodista, historiador y político (Partido Conservador).
        (2)   Entrada a Zaragoza del batallón de granaderos francés en 1705.
        (3)   Tropa no regular de ciudadanos armados que lucharon a favor de Carlos III.
        (4)   Introducción LXIX Regalías d.l.s.r.A.
        (5)   Introducción LXV Regalías d.l.s.r.A.


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